PISCO EN MI CORAZÓN
PISCO EN MI CORAZÓN
¡Oh, Pisco, hoy lloro por ti, deshecho
por la sangrante herida que recibiste
un quince aciago de agosto.
La tierra enloquecida asestó
golpe brutal en tu noble corazón
quebrando la belleza de tus plazas,
el buen aire de tus calles,
la admirable virtud de tu gente.
Le he preguntado a Dios, compungido:
¿Por qué Pisco? Pueblo bueno,
que en vez de sufrimiento se merecía
las mayores dosis de vida y alegría.
¡Oh, amigos míos, pisqueños,
con los que una noche eterna,
a la luz del cometa Halley
compartí el dulzor del buen vino,
las danzas folclóricas del sur
y la más inolvidable emoción.
¡Cómo decirles ahora que lo siento!
Que me martiriza la impotenciade no poder
hacer nada más que sentir de lejos
vuestro taladrante dolor
¡Como decirte Pisco que estoy rezando!
¡Que todo cambie en tu Puerto y para bien!
Que la fuerza de tu Espíritu doblegue
el espanto y la destrucción maldita
Y que rebroten sonrisas y esperanzas
de la raíz siempre orgullosa de tu suelo.
Y que vuelvas a ser la mágica
Ciudad de los ensueños juveniles.
Barcelona, 16 agosto de 2007
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