LA PASION DE EVARISTO

                      LA PASION DE EVARISTO 

“Compañero –dijo el moribundo obrero:

                      LA PASION DE EVARISTO 

“Compañero –dijo el moribundo obrero:

toma mi sangre y escribe lo que pasa”

Compromiso de honor quedó en su alma

clavado como punzón de acero.

Y, en adelante, después de injusta prisión

de cuerpo, alma y corazón

el trabajador obrero se convirtió en guerrillero.

Evaristo salió del anonimato hacia la navidad

con su uniforme, su arranque, su idealidad.

Tomó por asalto la embajada nipona

con su grupo armado rebelde al régimen.

Quería negociar con el mismo Presidente

la libertad de aquellos rehenes a cambio

de la de sus amigos encarcelados

Pero el autocrático Fujimori no cedía.

Y, ellos, días pasaban, en convivencia pacífica

con sus cautivos mientras intervenía la Iglesia,

la Cruz Roja, y los periodistas informaban…

Hasta que un día, el último de la negociación,

mientras se entretenían con una pelota,

una elite de asalto oficial les cayó encima

Y Evaristo, junto a su comando integrado

por un puñado de jóvenes soñadores

cayó abatido. Su agonía la vio todo el mundo

Y, quizás, él, con su pasión y muerte cumplió

con la promesa hecha al moribundo Huertas:

“Compañero toma mi sangre y escribe lo que pasa”