ARGENTINA SACUDE A REPSOL
ARGENTINA SACUDE A REPSOL
La expropiación del 51 % de las acciones de la petrolera YPF controlada por la española Repsol, por parte del estado argentino ha ocasionado la protesta de las autoridades políticas, ligadas al Comercio y la Economía, sobre todo de Europa y Norteamérica. El gobierno de Mariano Rajoy ha condenado la medida, tildándola de “desacertada que pone en peligro el desarrollo de Argentina y hostiliza las relaciones de este país con España.”
En el pueblo argentino, en cambio, el acuerdo parlamentario se recibió con total expectación y fue saludado como el inicio de una etapa de retoma del control de sus riquezas. Para muchos significa una pedrada a la globalización, una sacudida contra el coloniaje económico de las grandes transnacionales, un vendaje balsámico contra las venas aún abiertas de América Latina.
Argentina saca de la manga un recurso político de corte nacionalista y golpea al capital extranjero; se enfrenta, superando condicionamientos económicos y miedos históricos al qué dirán y a las represalias del mundo capitalista, aunque el ministro español de Exteriores José Manuel García-Margallo proponga a la Unión Europea excluir a Argentina de las negociaciones con Merco-Sur, aunque la Eurocámara inste a suspender las ventajas arancelarias y limitar las importaciones argentinas a la Unión Europea, aunque las agencias norteamericanas pidan la expulsión de este país del G-20.
Y aunque se tilde de “petropopulista”, o “saqueadora de los recursos del Estado español” a Cristina Fernández de Kirchner el gobierno argentino aplica ya una medida de resarcimiento de sus últimos fracasos políticos, rectificadora del afán privatizador de Carlos Menem, y tiende a la reconquista de sus recursos más preciados. Una política de autogestión y control energético que recortará el beneficio de la inversora Repsol, que cada año se embolsa varios miles de millones de euros.
El Senado argentino, por mayoría, aprobó y expuso los motivos para la expropiación, redundando en la crisis energética que obliga al gobierno a hacer un cambio en su modelo de desarrollo, impulsar la soberanía sobre sus hidrocarburos y trabajar para crear un nuevo tipo de Estado, en beneficio de la ciudad capital y las provincias argentinas. La presidenta, en un discurso emotivo vislumbró “una etapa de grandeza” de la que gozarán “nuestros hijos, nietos y todas las generaciones”
Con tal medida legislativa, el país gaucho, referente en América del Sur, se convierte, en el presente siglo, en pionero en la recuperación de sus elementos hidrocarburíferos que estaban en manos de grandes empresas foráneas. Ahora, se espera que estos recursos sean bien gestionados e impulsen el crecimiento económico y social para lograr el bienestar de la población.
Barcelona, 30 abril 2012