LOS EXCESOS DE UN CÓNSUL

LOS EXCESOS DE UN CONSUL

 

El comunicado consular, del 7 de noviembre del 2008, convocando a la comunidad peruana a participar en un proceso de elecciones relámpago, a realizarse todo en 8 horas y media del día 25 de enero del 2009, para elegir  a los miembros del Consejo de Consulta de la Comunidad Peruana en Barcelona –que ya sería para el período 2009-2010–, denota ambigüedad y por la forma como se pretende llevar a cabo sería como una de esas farsas que montan los ruleteros en las plazas para engañar al público.

LOS EXCESOS DE UN CONSUL

 

El comunicado consular, del 7 de noviembre del 2008, convocando a la comunidad peruana a participar en un proceso de elecciones relámpago, a realizarse todo en 8 horas y media del día 25 de enero del 2009, para elegir  a los miembros del Consejo de Consulta de la Comunidad Peruana en Barcelona –que ya sería para el período 2009-2010–, denota ambigüedad y por la forma como se pretende llevar a cabo sería como una de esas farsas que montan los ruleteros en las plazas para engañar al público.

 

Es insensato creer que un buen número de ciudadanos peruanos –salvo la pléyade de apristas sectarios que estarían allí puntuales como roedores tras la consigna– pueda reunirse a tan temprana hora en una Asamblea de Nacionales para sortear al nuevo Comité Electoral. Y, en caso que esto se lograse, los supuestos integrantes del Comité no tendrían el tiempo suficiente para reunirse y elegir su presidente, secretario y vocales, elaborar su reglamento, el cronograma, la recepción y presentación de los candidatos, la elaboración de los padrones y las cédulas de sufragio, además del nombramiento de los integrantes de las mesas, la adecuación de las ánforas electorales y todo lo que conlleva la normal organización de un proceso de elecciones. ¿O es que todo vendrá ya orquestado del Consulado y lo único que hará falta será arrear a los ciudadanos peruanos para que voten por unos candidatos cuasi fantasmas ya que sus nombres no se sabrían hasta el inicio del acto electoral?

 

Sería un evidente abuso de parte de las autoridades que representan al Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú el obligar prácticamente a los ciudadanos que optaran por presentarse como candidatos al Consejo de Consulta a actuar de un modo tal que no les dejase tiempo ni para improvisar sus candidaturas, a participar sin desarrollar sus campañas electorales, sin tener votos a su favor, salvo que sus parientes y amigos hubieran venido con ellos a las 8.30 de la mañana o que a última hora tuvieran que llamar por teléfono a sus conocidos para que vinieran corriendo a darles sus votos.

 

Tampoco existiría ninguna garantía de que el proceso a llevarse a cabo fuera transparente, se apegara al marco legal o estuviera reglamentado. ¿O es que algún reglamento saldrá también de bajo la manga del Cónsul? ¿Y quién controlará la organización del proceso? ¿Quiénes serían los miembros de las mesas? ¿Qué tipo de cédulas de votación y de actas se podrían elaborar en una hora? ¿Qué documentos serían necesarios para postular a una candidatura y qué otros para votar? Lógicamente, sin un reglamento de elecciones, que sirva de base normativa, es imposible que un proceso electoral pueda ser democrático y tener éxito.

 

En su último comunicado, el Cónsul renombra los artículos 7, 8 y 9 del Reglamento del Consejo de Consulta que hace poco pisoteó a pesar que en base a ellos el 15 de septiembre pasado, en Asamblea de Nacionales, se eligió un Comité Electoral con amplias y legales facultades para llevar adelante el proceso que él, como representante del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, aniquiló a solo 72 horas de su realización frustrando las elecciones legítimamente convocadas por el Comité Electoral.

 

Este señor, aparte de destruir las elecciones del Consejo de Consulta, desde que asumió su cargo de Cónsul del Perú en Barcelona ha venido tomándose atribuciones que van más allá de su competencia. Además de querer interferir en el desarrollo de los eventos de Fiestas Patrias que impulsaba la Federación de Entidades Peruanas –como lo denuncia la carta publicada el 11 de noviembre de 2008 por la actual secretaria de Asuntos Sociales y la ex secretaria de Cultura de esta entidad, dos conocidas dirigentes de la comunidad peruana–, durante las sesiones del Consejo de Consulta del período 2007-2008, demostrando parcialidad criticaba a los consejeros que no aceptaban las propuestas del grupo de consejeros adictos a su figura  –entre éstos dos de las candidatas renunciantes que boicotearon las elecciones del pasado 2 de Noviembre–Y, además, actuando a favor de sus adláteres del A.P.R.A. no ha tenido reparo en ningunear a ciudadanos que no eran de su agrado, como la mayoría de miembros del Comité Electoral.

 

Quizás no quiera aceptar la independencia de esta instancia representativa de los peruanos que a partir de abril del 2008 dejó de rotular como: “del Consulado Peruano en Barcelona” para convertirse –por iniciativa de los Consejos de Consulta del mundo que han reconocido la expansión de su marco de actuación– en el caso de la jurisdicción  barcelonesa en: “Consejo de Consulta de la Comunidad Peruana”. Pero el Cónsul  tampoco permite elecciones democráticas para elegir a los consejeros; preferiría elegirlos a dedo entre sus conocidos, para no tener que sesionar con consejeros independientes portadores de interesantes proyectos a favor de la comunidad sino con consejeros fáciles de manipular según sus intereses personales y políticos.

 

Parece no importarle que la función esencial del Consejo sea la de “sumar esfuerzos para la solución de los problemas que enfrentan los peruanos y peruanas en el ámbito de los servicios consulares, administrativos, notariales, y de protección de los peruanos en el exterior”, tal como lo especifica el reglamento. Tal vez sea escasa su visión y pequeño su espíritu social, lo que le impediría ver que los peruanos necesitamos no solo que el Consulado nos brinde un mejor servicio sino que apoye además las tareas propuestas por los sucesivos Consejos de Consulta entre ellas trabajar a favor del desarrollo del vínculo nacional, la promoción de la cultura y la positiva inserción de nuestros compatriotas en el país de residencia de manera que podamos integrarnos de modo más favorable.

 

El señor Miguel Palomino de la Gala, que muestra apego a políticas sectarias y dogmas dictatoriales, no debería estar gestionando la dirección del Consulado peruano en un país donde prevalece el respeto a la vida en democracia y la libertad de expresión. Esperamos que el Gobierno, a través de su Ministro de Exteriores José A. García Belaúnde o su secretario general de Comunidades Peruanas en el Exterior Marco Núñez Melgar y Maguiña, responda a nuestras quejas contra un cónsul que pretende avasallar a los peruanos que vivimos en esta parte del mundo negándonos el derecho a ejercer dignamente nuestra ciudadanía.

 

Jorge Varas.

Ex Consejero y miembro del Comité Electoral 2008-2009 del Consejo de Consulta de la Comunidad Peruana en Barcelona.