EL DÍA MÁS CRÍTICO PARA CATALUÑA Y ESPAÑA

                    1-O el día D para Cataluña y España

                    1-O el día D para Cataluña y España

En una jornada tensa e intensa, el día 1-O, el más difícil para Cataluña y España, miles de personas, embargadas por un sentimiento patriótico, han salido a las calles, desde tempranas horas y se han apostado en los colegios electorales (muchos de los cuales ya estaban ocupados por gente que había dormido dentro) formando colas a la espera de poder votar.  Sin embargo, hacia las 9 de la mañana, cuando en muchos colegios empezaba la votación, unidades de la policía, en cumplimiento de orden superior, han arremetido contra la gente que impedía el acceso , y con el uso de la fuerza la han desalojado e ingresado en los locales para decomisar ánforas e impedir el desarrollo del programado referéndum.

Muchos han conseguido depositar sus papeletas en las urnas de sus colegios electorales, pero otros no han podido hacerlo ahí y han debido desplazarse hacia otros locales. Y otros no han podido votar porque la policía lo ha impedido. Al grito de “queremos votar”, mucha gente, sobre todo jóvenes, han querido impedir el paso de los furgones policiales y a cambio han recibido empujones y palos. En la refriega social ha habido gente golpeada,  desmayada o con crisis de ansiedad, que han debido recibir asistencia por personal de ambulancias. Un saldo lamentable de decenas de heridos a causa de la represión que nadie hubiera querido que sucediera.

Un referéndum alterado por la intervención policial, que tampoco ha impedido que otros miles de catalanes que apuestan por la ruptura con España den su voto, algunos acogiéndose al denominado “voto universal”, que les permitía votar incluso en colegios electorales distintos a los suyos. En un día considerado histórico por los separatistas, la consulta popular no ha podido realizarse a plenitud ni obtener el éxito que preveían los organizadores, advertidos de antemano  que el Tribunal Constitucional lo había suspendido por considerarlo ilegal.

Según  el Gobierno central “No ha habido referéndum”, y según la Generalitat  “sí la hubo con la constitución de más de un 70 por ciento de las mesas electorales”. Aunque, por la tarde, ante la continua intervención de las fuerzas del orden,  los responsables del gobierno local pidieron a los que participaban en la Consulta a no tomar riesgos si viene la  policía, que entreguen las urnas o que escondan todas y dejen sólo una para que sea requisada. En algunos colegios, se abrieron urnas y contaron papeletas.  Todavía no se sabe cómo se hará el recuento final de los votos emitidos ni la validez que los líderes independentistas le puedan da al conjunto de la votación.

Como es patente, el proceso independentista impulsados por los dirigentes del gobierno de la Generalitat ha seccionado políticamente por la mitad a la sociedad catalana. Hay una división muy discrepante entre los que están a favor de la independencia y los que están en contra. Según como cada uno lo piensa, lo siente y lo desea, emite  su opinión y lo debate con el que piensa y actúa diferente pero este debate debe hacerse desde el respeto mutuo y en espacios adecuados para ello.  La convivencia en democracia en Cataluña no implica que sólo los secesionistas tengan la razón, ni justifica que traten de invadir todos los espacios públicos o privados, sean sociales, culturales o educativos.  Hay otras formas y otros medios que se pueden emplear para hacer política.

La falta de todo diálogo entre los líderes políticos ha llevado a poner en riesgo la integridad física de las personas durante esta consulta popular. Y de esto son responsables tanto el Gobierno central encabezado por Mariano Rajoy como el de la Generalitat impulsado por Carles Puigdemont. Los dos gobernantes tendrían que responder ante la ciudadanía de este país, el por qué se ha llegado a esta situación, el por qué se han tapado los oídos cuando cada cual ha puesto condiciones  al otro para reunirse a buscar salida a este conflicto, han preferido intercambiar amenazas, lanzarse insultos y no actuar de modo razonable dejando de lado toda condición previa y hablar y proponer vías de solución política, por el bien de Cataluña y España.

No se sabe qué pasará ahora. Al margen del discurso que puedan emitir Rajoy y Puigdemont, cada cual con su parecer respecto al resultado del referéndum, el problema político subsiste. Es probable que los líderes del separatismo catalán proclamen ya la independencia de Cataluña. Juntos por el Sí  y la CUP presionarán para que esto se realice en dos días. Mientras, probablemente buscarán interlocutores internacionales para que medien en una posibilidad de diálogo con el Gobierno español, aunque la CUP ha advertido que no tolera una salida negociada con Rajoy.  Así las cosas se avizoran más manifestaciones, por la Independencia  y la consiguiente actuación de parte de las fuerzas del orden público.

Barcelona, 1 de Octubre del 2017