CANTAR BAJO LA LLUVIA

CANTAR BAJO LA LLUVIA (POEMA EN PROSA)

CANTAR BAJO LA LLUVIA (POEMA EN PROSA)

Cantar bajo la lluvia, blinda de alegría el corazón. Y el alma se llena de optimismo, vitalidad e ilusión. Cantar bajo la lluvia, danzar sobre las aguas, en cualquier estación, tranquiliza los ánimos, apacigua los rencores. Es buena tónica, más si extiendes la  mano y sientes el agua de la lluvia entre los dedos y juegas con ella. Gozada y locura feliz, como los niños que se fascinan jugando con la lluvia y los charcos. Y nada les encanta más que empaparse de agua como el mítico Gene Kelly en su película.

Con la lluvia surgen también los recuerdos, las nostalgias por amores perdidos. Resurge el romanticismo Y la ganas de amar. La Lluvia no moja el amor ni lo extingue. Alienta el sí de los amantes que nadan en felicidad. Relaja un beso entre la lluvia, olvidando los paraguas y los altibajos térmicos. Y nada gusta más a los novios que abrazarse y andar pegaditos en la tarde lluviosa.

La lluvia también inspira a los poetas, que exploran con la imaginación mundos lejanos. Embriaga el espíritu de los creadores artísticos. Los lleva al éxtasis o furor poético. La lluvia revela frases poéticas impregnadas en los muros, poemas y relatos  escondidos en las banquetas callejeras. La lluvia,  metáfora de lecturas, influyente en el imaginario intelectual. Poetas de la lluvia, imprescindible mojarse por un mundo mejor.