RECUERDOS DE LA A.N.E.A.
Una noche de tertulia, en el Cafetín de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), me acerqué a Manuel Robles Alarcón, premio nacional de literatura 1957, y tras saludarle le obsequié mi pequeña novela: “Los Trabajadores Ambulantes”. El laureado escritor me agradeció y se puso a hojear el contenido del libro. Volví a la mesa, que compartía con mi editor Oscar Villanueva alias OSVIKU, quien mientras charlábamos me dijo que Manuel Robles no dejaba de mirarme. Me volví hacia él y al ver que me llamaba con un ademán llegué a su mesa. Me preguntó si había leído a Víctor Hugo. Le dije que sí, era mi escritor favorito. “Me lo suponía”, dijo. Y, como si ya me conociera, empezó a darme consejos sobre cosas que deberían ir o no en un texto literario. Ante su actitud amical, le pregunté si podía ser el presentador de mi libro, lo que sería un honor para mí. Él me lanzó una sonrisa amable y cerrando las páginas de mi libro, dijo: “Claro que sí.” Y me dio su teléfono para mantenerlo informado y coordinar con él. Y, tras las gestiones de preparación del acto, un día de setiembre de 1987, Manuel Robles Alarcón presentó mi primera novela en al auditorio de la ANEA, lo que para mí significó una gran satisfacción. Intervinieron también en la presentación Oscar Villanueva y Pepe Vargas presidente de la Casa del Poeta.
Yo era socio de la ANEA y asistía con asiduidad a las tertulias que allí se celebraban y aprovechaba para promocionar los libros que escribía. En el mismo Cafetín, otro día, me acerqué al escritor Cronwel Jara, que estaba sentado junto a la barra acompañado de otras personas. Le obsequié mi libro recién publicado: “El Migrante” cuyas páginas ojeó velozmente antes de darme las “gracias”, cerrar el libro y volverse hacia sus acompañantes. Mientras volvía a mi mesa, una voz por detrás, no recuerdo de quién, me dijo: “Cromwel escribe mejor que tú”. No me incomodó el comentario, y tampoco me sentí inferiorizado. Cronwel –que además impartía clases para aprendices de como escribir un cuento– era un excelente narrador y en absoluto deseaba competir con él. Yo estaba contento por la publicación de mi nuevo libro y mi intención era obsequiarlos a los escritores asiduos al Cafetín de la ANEA.
Otro día, fue Max Dextre –que por entonces escribía en el Semanario “Cambio” –durante una tertulia en el auditorio se refirió a mí y a Mario Florían como “dos poetas de generaciones diferentes que hoy se dan la mano”. Por supuesto, tomé como un cumplido el comentario de Dextre, que me situaba en mano a mano con el enorme poeta del pueblo: Mario Florián.
Y otras veces, sentados en una mesa, entre sorbos de café hablábamos de poesía con Jesús Angel García, el “Poeta de la Piedra”, autor de “Los poemas Indios”; con Angel Izquierdo Duclós –el barbita que solía otear el horizonte con su mirada de poeta–; con Julio Chiroque –siempre motivado por la trascendencia de sus creaciones literarias y aún más cuando supo que su poema los “Gallos vigilantes” había sido seleccionado para una antología. “Una antología mundial” decía Julito gesticulando alegremente con los brazos extendidos; con el poeta Gustavo Armijos incansable difusor del poemario: “La tortuga Ecuestre”; con Luis Vargas Chirinos que gustaba declamar “Los nueve monstruos” de Vallejo para deleite de todos; con Juan Benavente siempre atento a las presentaciones de intelectuales en el cafetín de la ANEA donde nació el hoy importante espacio cultural: “Viernes Literarios”
El escritor Winston Orrillo, que en los actos culturales solía declamar con énfasis el canto coral a Túpac Amaru de Alejandro Romualdo, tuvo la gentileza de prologar mi libro “Los Migrantes”. Recuerdo a otros poetas con los que compartí refrescantes jornadas literarias como Cecilia Izquierdo, Julio Aponte, Federico Torres, Victor Bradio, el escritor y promotor cultural Rafal Alvarado que hoy dirige los “Jueves de Narrativa y Poesía”. Recordar es vivir; los poetas de la ANEA –que lamentaron la desaparición de este alma mater cultural – dejaron su impronta literaria como valioso aporte en favor de la cultura en nuestro país.
Lima, setiembre 2014
