¡ALTO A LA GUERRA!
¡No a la guerra!, que solo trae sangre, dolor, muerte y destrucción.
¡Alto a la guerra! Es el clamor, a nivel mundial. No se justifican los ataques del ejército ruso a Ucrania que se defiende de la invasión armada clamando ayuda del exterior. Hasta el momento más de 2000 ucranianos y 500 soldados rusos han muerto, unos luchando contra los invasores y los otros obedeciendo las órdenes de Vladimir Putin que pretende liquidar a Volodímir Zelenski para reemplazarlo por un gobernante más domesticable que pueda atender sus propuestas.
Tras la caída de la ciudad de Járkov, y, en medio del devastador operativo del Kremlin, se han reunido delegados de Moscú y Kiev y acordado “abrir corredores humanitarios para civiles” con un probable alto al fuego en las evacuaciones. A pesar del resultado de esta negociación Zelenski desea hablar cara a cara con Putin para detener la guerra aunque éste no ceja en sus objetivos de tomar Mikoláiv, Odesa y otras importantes ciudades ucranianas.
La Unión Europea apoya a Ucrania, con una directiva que permitirá el envío de armas, y acogiendo refugiados en los países que la integran. Y además imponiendo sanciones dirigidas a asfixiar la economía rusa. Las empresas que funciona en este país ya no podrán realizar transacciones económicas y financieras con entidades del exterior. Varios países europeos impiden ya el aterrizaje de vuelos procedentes de Rusia. El rubro ruso pierde valor, se cierran empresas y mucha gente se está quedando sin trabajo. Buena parte de la población rusa está preocupada por esta situación y rechaza la guerra que hacen sus dirigentes. Las protestas callejeras hasta hoy dejan un saldo de más de 8000 ciudadanos rusos detenidos por la policía.
Putin, que en 2014 anexó Crimea a Rusia y hace unos días declaró independientes las regiones de Donetsk y Lugansk, dos poblaciones ucranianas, con la facultad que se autoconfiere, sigue enviando delegados para negociar con los ucranianos, mientras su poderoso ejercito avanza hacia Kiev bombardeando edificios, demoliendo barricadas, abatiendo defensores ucranianos muchos de ellos civiles armados que repelen la feroz ofensiva evitando ser sometidos por los que atacan su territorio.
Gran parte de la población civil de Ucrania se esconde en búnkers para evitar ser alcanzados por las bombas, otros se desplazan hacia la frontera con Polonia, Hungría y otros países próximos. Más de un millón de ucranianos migrantes se desplazan en busca de refugio para escapar de la muerte. Es deseable un alto al fuego y la retirada de los tanques rusos del territorio ucraniano, el cese de la invasión para que los desplazados puedan volver a sus lugares de origen y rehacer sus vidas hoy afectadas terriblemente por la cruenta guerra.
Jorge Varas
3 marzo 2022