JUAN MARSE: EL ESCRITOR ARTESANO

Nació el 8 de enero de 1933, en Barcelona. Desde tierna edad le cosquillearon las musas del arte literario. En su juventud se ganó la vida como operario en un taller de relojería. En 1957 empezó a publicar relatos en la revista Ïnsula y en 1959 le concedieron el premio Sésamo de cuentos. En 1961 publicó: “Encerrados con un solo juguete”, un reflejo de la realidad social de los años 40, en Barcelona. Esta novela sería finalista en el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Se trasladó a Paris, donde, alternando con su trabajo en un laboratorio del Instituto Pasteur, escribió, con cierta premura, su segunda novela: “Esta cara de la luna” que publicó en Barcelona a su regreso del país galo.

En 1965 obtuvo el premio: “Biblioteca Breve” con “Últimas tardes con Teresa”, una sátira de la burguesía catalana, con la figura del Pijoaparte, un muchacho de barrio pretendiente de una niña rica a la que hace creer que es un militante político. Bosqueja la trama con un realismo de corte clásico, matizado con nuevas técnicas narrativas, que van creando escuela entre la nueva generación de escritores.

En 1970, con su obra: “La oscura historia de la prima Montse”, escrita con fuerza expresiva y belleza literaria se consagra como el más genuino novelista de la época.

En 1973 publicó: “Si te dicen que caí”; en 1977: “Confidencias de un chorizo”; en 1978: “La muchacha de las bragas de oro”. Entre 1982 y 1985 sacó a la luz: “Un día volveré”, “Ronda del Guinardó” y “Río Lobo”. En 1987: “Teniente Bravo”. En 1990: “El amante bilingüe”.

En 1993 deslumbra con “El embrujo de Shangai”, formidable novela en que la ficción se desarrolla emparentada con una  realidad tan raída como los mismos personajes. Luego vendría: “Rabos de lagartija”, novela plena de poesía, pasión y sarcasmo

El escenario de sus libros más que los barrios de La Salut, el Carmel, Guinardó y Gracia, bastiones de una Barcelona en transformación, es un universo amplio, con escenas reflectantes de la realidad social. El aprendiz de joyero, influenciado por Kafka, Balzac, Sthendal, Canetti entre otros escritores, se convirtió en novelista; con su pluma traspasó los linderos de su barrio para expandirse por espacios insólitos, con personajes mundanos, argumentos interesantes y un estilo narrativo que busca la esencia de la vida, entre la imaginación y la realidad.

Autor autodidacta, de la generación del 50, de la llamada Escuela de Barcelona, junto a Juan Goytisolo, Terence Moix, Eduardo Mendoza, Vázquez Montalbán. Artesano de las letras, con frecuencia obtuvo, de entre calles y bares, los extractos más duros y grotescos que le sirvieron para pintar escenas propias de la realidad social de la España del siglo XX. El novelista preferido de Carmen Balcells la súper agente literaria que también impulsaría el “boom” de la narrativa latinoamericana.

Además de novelas, escribió numerosos cuentos y ensayos. Fue también guionista, periodista, traductor. Y, en reconocimiento a su labor literaria, obtuvo los premios Rulfo, Cervantes, Planeta, Premio Nacional de Narrativa, entre otros. Varias de sus obras fueron llevadas al cine. Dejó un legado literario en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Su corazón dejó de latir el 18 de julio de 2020 en la misma ciudad donde soñó, amó, luchó y triunfó como escritor. Puede ser una imagen en blanco y negro de una persona y de pie