AMOR ETERNO
Nunca digas que otro hombre te hizo mujer.
Era yo, que disfrazado de Adán
Saboreaba el néctar de tu prenda más querida.
AMOR ETERNO
Nunca digas que otro hombre te hizo mujer.
Era yo, que disfrazado de Adán
Saboreaba el néctar de tu prenda más querida.
Nunca pienses que ya no me mereces.
Eva, yo te amaba con pasión desenfrenada
en los lechos de un Edén inolvidable.
Tú, antes de conocerme, ya me amabas.
Por eso soy tu gran amor, el ser
que forjó contigo su eterna ilusión.
Nunca digas que un cualquiera se llevó
tu prenda más querida.
Era yo, que disfrazado de viento seductor
venía a decirte “te amo”
con el más dulce acento.
Era yo, que metido en la sombra
del tiempo llegaba a ti
venciendo el horizonte azul
de la distancia
Nunca digas que no fui yo
quien te hizo mujer.
Reconforta mi amante corazón, Luna.
Barcelona, junio de 2009