CENTENARIO DE JOSE MARÍA ARGUEDAS
CENTENARIO DE JOSE MARÍA ARGUEDAS
José María Arguedas, es, sin duda, uno de los mejores novelistas peruanos del siglo XX., el que mejor retrata el Perú Profundo, con sus metáforas, sus matices poéticos y narraciones que aluden a las inexorables corrientes que separan la realidad cultural andina de la Costa. Su obra pretende integrar, de manera fidedigna, mediante descripciones literarias, los mitos ancestrales, las costumbres y danzas vernáculas propias de los mundos rurales que se mantienen vírgenes dentro la guardianía telúrica de los Andes, busca integrar las pautas lingüísticas y matices culturales forjados en la antigüedad andina con la forma de vivir y las costumbres vigentes en las ciudades de la Costa, donde influyó más el mestizaje, la religiosidad y el idioma impuestos por los españoles
Este gran Integrador literario –que propuso que todos los peruanos seamos y pensemos por igual, factor clave para la unidad y la construcción de la patria peruana–nació en 1911, en el pueblo de Andahuaylas, y desde niño, su vida estuvo marcada por la orfandad maternal y las vicisitudes propiciadas por una parentela que de modo incomprensible lo despreciaba. Vivió en la Hacienda Vila Seca, luego en Puquio y en San Juan de Lucanas, experimentando en carne propia la penosa realidad en que vivían los campesinos y el trato discriminatorio que recibían de sus patrones, gamonales y latifundistas ligados al poder económico y político centralizado en la capital del país.
El escritor dijo en una oportunidad que: “El día que un habitante de la Sierra piense y sea tratado por igual que uno de la Costa, ese día se forjará la Patria”, el Perú de Todas las Sangres, fundidas en una sola, plena de identidad cultural. Escribía, como lo hizo Mariátegui, con la sangre metida en sus ideas, y, aunque no figuró en ningún partido político se decantó por el proyecto socialista, con simpatía y emotividad, creyendo que con éste sería posible la construcción de un mundo mejor para todos. Lamentablemente por sus ideas políticas sufrió injusta prisión en el penal El Sexto, experiencia desagradable que, de todos modos, le sirvió para escribir una de sus novelas.
Arguedas redime al indio, lo culturiza a los ojos del mundo, lo humaniza y lucha por que se le respete en todos sus derechos como ciudadanos, por que no se les considere gente analfabeta o de segunda categoría y porque desaparezcan todas las fobias y actitudes racistas hacia ellos. A través de sus obras, fértiles en pinceladas antropológicas y etnológicas, nos muestra el sufrimiento y las luchas de comunidades nativas por mantener la parcela en la tierra que los ha visto nacer. Los campesinos luchan con dignidad contra la brutal incomprensión de los blancos.
En su día fue criticado injustamente por escritores de élite que vivían aferrados a los dogmas propios de viejas corrientes literarias. Se le consideró un escritor “indigenista” para diferenciarlo de los que no escribían sobre indígenas sino sobre gente de otras regiones o mundos, algunos con personajes que rayaban en la ciencia ficción. Y, en su defensa, el escritor mantuvo un acalorada discrepancia con el argentino Julio Cortázar, un exponente del denominado “boom”de la literatura latinoamericana, que residía en París y no podía entender la postura, de compromiso social, de Arguedas que vivía en Lima entregado a la docencia y la búsqueda de soluciones a los problemas de los nativos peruanos para poder reflejarlos en sus novelas.
Paralelo a su labor literaria desempeñó importantes cargos públicos. Fue Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del Ministerio de Educación, Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, Director de la Casa de la Cultura del Perú, Director del Museo Nacional de Historia. Y tuvo además una activa labor docente. Fue catedrático de la Universidad Mayor de San Marcos y de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
Entre sus obras más conocidas citaremos: “Agua”; “Yawar Fiesta” (1941); “Los Ríos Profundos” (1958); “El Sexto” (1961); “Todas las Sangres”, “El Zorro de arriba y el zorro de abajo” (publicado de manera póstuma en 1971. La producción literaria de Arguedas incluye también sus “Relatos Completos” (editado en 1975) y sus creaciones poéticas en lengua quechua.
Arguedas se suicidó en Lima, en 1969, disparándose un balazo en la cabeza, dejando un legado escrito con extraordinaria sutileza, dando muestras de una sensibilidad exquisita y un insoslayable amor hacia sus compatriotas. Un escritor irrepetible, cuya figura se agiganta en el centenario de su nacimiento, y que en vida, en un instante de tierna emoción, pidió que a su muerte la gente del pueblo danzara y cantara huaynos sobre su tumba.
Sus obras juegan papel fundamental en una etapa de transición de la novelística peruana y un pilar básico en el proceso de búsqueda de la identidad nacional a través de la literatura.
Barcelona, 24 de Setiembre 2011