E.T.A. ADIÓS A LAS ARMAS
El comunicado de E.T.A. de cesar en su actividad armada, llega en un momento inesperado, en medio de la crisis económica que atraviesa la Sociedad. Española. Tras 51 años de atentados con coches bombas a locales institucionales, aeropuertos, supermercados, ataques a policías, concejales y otras personas ligadas al gobierno, por las calles de diversas ciudades ocasionando muerte y dolor, la banda ha renunciado a seguir empleando las armas para la consecución de sus objetivos políticos.
E.T.A. ADIÓS A LAS ARMAS
El comunicado de E.T.A. de cesar en su actividad armada, llega en un momento inesperado, en medio de la crisis económica que atraviesa la Sociedad. Española. Tras 51 años de atentados con coches bombas a locales institucionales, aeropuertos, supermercados, ataques a policías, concejales y otras personas ligadas al gobierno, por las calles de diversas ciudades ocasionando muerte y dolor, la banda ha renunciado a seguir empleando las armas para la consecución de sus objetivos políticos.
E.T.A., siglas de “Euskadi ta askatasuna” (Patria Vasca y Libertad) no ha podido sostenerse más, sin liderazgo ni infraestructura logística, causado por la captura de sus principales miembros y el allanamiento a sus polvorines y guaridas donde mantenían documentos de planificación, armamento y otras reservas útiles para su accionar, por parte de la policía española y francesa, estaba deteriorada además en su organización interna, con su bloque político militar partido en facciones, con sus miembros, en su mayoría encarcelados, proponiendo la deposición de las armas.
Por fin, el 20 de octubre del 2011, tras unas conferencias sobre E.T.A. en la ciudad de San Sebastián, a las que asistió Kofi Annan, ex-secretario general de la ONU, entre otras personalidades, la organización armada vasca difundió su comunicado a través de un diario digital local, anunciando el cese definitivo de su actividad armada y haciendo un llamado a los gobiernos de España y Francia “a abrir con ellos un proceso de diálogo para solucionar las consecuencias del conflicto”
E.T.A. intentará, quizás, como lo hizo el I.R.A. (Ejército Republicano Irlandés) en Irlanda tras deponer las armas, insertarse en la vida política legal, para buscar el voto de la población vasca y controlar espacios políticos estratégicos para su consiguiente lucha en pro de la independencia del país vasco. Lo ha redundado el portavoz de los encapuchados durante la lectura de su comunicado, por la autodeterminación: “el reconocimiento en Euskal Herria (País Vasco) y el respeto a la voluntad popular”, la declaración de San Sebastián: “la resolución acordada para una solución integral del conflicto” y el llamamiento global a la sociedad vasca “para que se implique en este proceso de soluciones hasta construir un escenario de paz y libertad”
Se abre un nuevo período, en la sociedad vasca y española, con la paz como telón de fondo, valor indispensable para cualquier actividad. Ahora los dirigentes políticos, deberán actuar con fino tacto, ante la propuesta etarra cuyos miembros querrán participar en el escenario político insertados en agrupaciones con otros nombres, como por ejemplo Bildu. Y será difícil negociar con ellos, deberá asegurarse la disolución definitiva de la banda armada y de la entrega voluntaria o decomiso formal de lo que resta de su armamento, y, deberán considerar el pedido de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, de no otorgar ninguna concesión a quienes tiñeron de luto sus hogares, y que cumplan con la totalidad de sus condenas en las cárceles. Por el respeto a la memoria de las casi 900 víctimas inocentes y los miles de heridos que sufrieron las secuelas de la violencia terrorista.
El adiós a las armas de E.T.A. se considera un triunfo de la democracia y el estado de derecho en España. El ocaso del terror, desde la primera víctima, la niña Begoña Arroz, en una explosión en San Sebastián en junio de 1960, pasando por el asesinato de Miguel Angel Blanco que causó conmoción y produjo el nacimiento al “espíritu de Ermua” de rechazo de toda la sociedad a la banda armada, y la muerte de otros tantos concejales, guardias civiles y de ciudadanos de a pie, incluyendo la de los inmigrantes ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio en el atentado que destruyó la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en el 2006, hasta la última víctima un policía francés en marzo del 2010, derrota significativa a la que han coadyuvado las medidas implantadas por los gobiernos franco-español en su lucha anti-terrorista.
El declive de E.T.A como grupo armado, reanima a la sociedad en los actuales tiempos de malestar social, a todos los que indignados o no aspiramos a vivir en paz y libertad respetando los derechos humanos, a todos lo que luchamos contra la crisis económica a las puertas de las nuevas elecciones presidenciales que decidirá el futuro político de España.
Barcelona 31 de octubre 2011