LA CRISIS DE LOS MIGRANTES EN EUROPA
En estos días el Mundo asiste con expectación, sorpresa e indignación, a la mayor crisis migratoria de personas. Desde la Segunda Guerra Mundial no se había visto a tantos millones de desplazados, por causa de la guerra, que pugnan por llegar al continente europeo. Se vienen aglomerados en vehículos, trenes, barcos, lanchas o cualquier otro medio.
LA CRISIS DE LOS MIGRANTES EN EUROPA
En estos días el Mundo asiste con expectación, sorpresa e indignación, a la mayor crisis migratoria de personas. Desde la Segunda Guerra Mundial no se había visto a tantos millones de desplazados, por causa de la guerra, que pugnan por llegar al continente europeo. Se vienen aglomerados en vehículos, trenes, barcos, lanchas o cualquier otro medio.
Italia, Austria, Grecia, Hungría, desbordados, por la multitud que cruza sus fronteras y transita por calles y carreteras vigilados por la policía que con frecuencia les impide el paso y los obliga a acampar en zonas inhóspitas, donde hay escasez de agua, luz y otros servicios básicos. La ilusión de muchos migrantes es llegar a Alemania, Suecia y Reino Unido, creyendo que los gobiernos de estos países les permitirán el asilo y refugio.
Los migrantes huyen de la pobreza y la muerte que asola y destruye sus pueblos de origen. Vienen de Africa y Oriente Medio, sobre todo Siria, donde la guerra se ha cobrado ya 250,000 vidas. La avalancha de migrantes hacia Europa es incontenible. Y son miles los que mueren, asfixiados en camiones o ahogados en el mar Mediterráneo, en su denodado intento por llegar a un Estado europeo cuyos líderes –entre ellos Merkel, Holland, Rajoy – siguen analizando si este fenómeno humano podría afectar las bases fundamentales de la Unión Europea, lo consideran un serio problema y optan por alargar la toma de acuerdos sobre el tema.
Este drama mundial vuelve a poner en debate las políticas que sobre migración aplican los gobiernos europeos, sobre todo de la Derecha conservadora, con leyes dispares y contradictorias que apelan a la denegación de visados, exclusión de los servicios de asistencia sanitaria, incluso la expulsión de inmigrantes reagrupados a los que consideran una carga económica y social para el Estado.
La crisis migratoria, ha provocado una reacción a nivel directivo europeo. La Comisión Europea ante esta situación grave propone que los países miembros de la Unión Europea asuman la llegada de los refugiados y apliquen una repartición equitativa a los solicitantes de asilo en caso de urgencia. En España, el gobierno calcula que podría acoger a unos 160,000 desplazados.
Esperamos que esta crisis migratoria que está adquiriendo dimensiones catastróficas toque la sensibilidad de los gobernantes de todo el mundo, que tomen medidas urgentes a favor de los migrantes y puedan aliviar su penosa odisea.
Barcelona, 5 setiembre 2015