BALZAC: EL NAPOLEÓN DE LAS LETRAS
“Lo que Napoleón comenzó con la espada, yo lo alcanzaré con la pluma” Hacia 1830, en Francia, surge un gigante literario que se rebela contra el romanticismo, no para defenestrarlo sino como una corriente alternativa al movimiento literario que lideraba Víctor Hugo.
Un joven escritor, que vivía excediéndose tras haber jurado triunfar en las letras como lo hacía Napoleón en las batallas, describía con objetividad la realidad social. Con una visión más realista del mundo, sobrepasaba los límites de las novelas románticas plenas de fantasías y lirismos extraordinarios y sentaba las bases de la literatura moderna.
Honoré de Balzac, nacido en Tours (Francia) el 20 de mayo de1799 –al alborear el siglo en el que dejaría su impronta describiendo con aguerrida pluma los diversos cambios políticos, sociales y económicos de la Sociedad francesa–, motivado por las hazañas de Napoleón y alentando en su alma infantil sueños de grandeza escribe a los 10 años una epopeya sobre los incas. Sus ambiciones literarias despegan con sus lecturas de todo lo que llega a sus manos y lo que puede coger de la biblioteca del Colegio de Vendome donde estudiaba como interno. Esta etapa de enriquecimiento intelectual, se rompe cuando su familia, afectada por la caída del Imperio napoleónico, lo saca del internado para trasladarse a la localidad de Villeparisis.
El joven Honoré, por consejo paterno, estudia leyes. Tras graduarse en Derecho, trabaja para un procurador y luego para un notario en un ambiente y con personas que su incisivo genio absorberá para convertirlas en escenas y personajes de sus novelas. Su trabajo no le gusta y lo deja por la literatura. Sus familiares no están de acuerdo con la elección, aunque esperan que les demuestre su valía como escritor.
Alquila una buhardilla en la rue Cassini, en Paris, que se convertirá en su estudio literario donde inmerso en una vida solitaria y afrontado privaciones materiales, agudizará su genio creativo. Escribe “Cromwell”, obra teatral que será un fracaso aunque no lo desmotiva como escritor. Se dedica a escribir novelas de corte histórico, gótico y de terror que firma con pseudónimos. En una reunión de amigos, conoce a Madame de Berry, a la que llama “la Dilecta”, 22 años mayor que él, con la que entabla una relación sentimental que le daría seguridad y confianza en su afán de ganar prestigio social y literario.
Harto de escribir novelones que no le dan fama ni dinero, en 1825 compra una imprenta y empieza a editar libros con la idea de ganar dinero a toda prisa. Pero su negocio no iría bien: los libros no se vendían, no podía afrontar los gastos de la imprenta, sus acreedores lo acosaban y se irá a la quiebra.
Vuelve a su estudio y retoma la pluma con la que escribirá una serie de novelas. En 1829 publica: “Los chuanes”, una crónica de la sublevación de los normandos y bretones durante los años de la revolución francesa. El escritor clava su óptica en nobles y burgueses, artistas y cortesanos, gente de la esfera pública. Escribía con furor, hasta 16 horas diarias, consumiendo kilos de café para estimularse y desterrar el sueño. En un descanso del trabajo, en otra reunión social, su corazón percibe otro gran amor. Termina con su “Dilecta” y se enrolla con la duquesa de Abrantes, igualmente más vieja que él, con la que pisará los salones más brillantes de Paris.
En 1831 triunfa con la publicación de “La Piel de Zapa”, novela fantástica y filosófica, en la que un pedazo de piel, mágica, concede todos los deseos a un muchacho pobre, hasta extinguirse junto con la vida del protagonista. En 1833 sale a la luz “Eugenie Grandet”, novela que analiza la vida y amores de una mujer provinciana, con la que acrecienta su fama como literato.
En 1835 su novela “Papá Gorot” configura el resto de su inmensa obra. Su nombre ya aparece en diarios, revistas y es mencionado en los círculos literarios. La gente lo admira, sobre todo las mujeres que leen sus obras y se sienten identificadas con personajes del autor. La condesa Eveline Hanska le escribe desde Ucrania interesada en entablar amistad con él. La carta desboca la imaginación del novelista que tras citarse y verse con ella un par de veces se convierte en su amante.
Balzac va dando forma a su ambicioso proyecto literario. Divide su producción novelesca en 3 partes: Estudios de costumbres, Estudios filosóficos y Estudios Analíticos, la base sobre la que asentará “La Comedia Humana” el fresco literario de la Francia de la Restauración monárquica surgida tras la caída de Napoleón, cuya extensión abarca 137 novelas, de las que escribirá cerca de 90 en más de 12,000 páginas. Busca el trasvase, de una novela a otra, de personajes como Rastignac el petrimetre, Nucingen el financiero, el doctor Bianca y otros de su creación, para hacerlos interactuar en una sociedad entera y compleja que tiene diseñada en su cabeza.
Aparte de las ya publicadas forman parte de la Comedia Humana sus novelas: “Las ilusiones perdidas” (1837), “Grandeza y decadencia de César Birotteau” (1837), “La Rabouilleuse” (1842), “Esplendores y miserias de las cortesanas” (1844)
A mediados de 1850 se casa por fin con madame Hanska, aunque una hipertrofia al corazón le estropea la etapa más dulce de su vida. Enfermo, deprimido, sin fuerzas para trabajar, su estado de salud empeora y el 18 de agosto de 1850, su corazón deja de latir. Muere con los ojos abiertos como si no quisiera dejar de contemplar la sociedad de su tiempo cuyos entresijos, supo pintar con maestría, sobre todo la esencia del alma humana que a veces se mueve en alturas sublimes y otras se arrastra en el lodo del vicio y que manifestó a través de personajes malvados, de banqueros, abogados, militares y periodistas, capaces de vender su alma al diablo por interés propio.
Fue su amigo Víctor Hugo, el coloso del romanticismo, quien se encargó de cerrarle los ojos. Después lo despidió en el cementerio de Père-Lachaise con un emotivo discurso que removió la conciencia de los seguidores de quién fue uno de los grandes novelistas de la Francia del siglo XIX
Jorge Varas, 06 abril 2021