CERVANTES: El GENIO QUIJOTESCO
CERVANTES: El GENIO QUIJOTESCO
Nació en Alcalá de Henares (Madrid) en 1547. Estudió en la Escuela de Juan López de Hoyos. En 1569 emigró a Italia y se enroló en el séquito del cardenal Acquaviva. En 1570 se convirtió en soldado y a las órdenes de Juan de Austria participó en la batalla de Lepanto, donde un disparo de arcabuz le dejó sin movimiento el brazo izquierdo. El soldado, recuperado de las heridas, participó en las batallas de Corfú, Navarino y Túnez. En 1575 decidió regresar a España, provisto de honores militares y con cartas de recomendación de Juan de Austria y el Virrey de Sicilia.
Pero, mientras viajaba hacia la Península ibérica, el barco fue tomado por saqueadores y Miguel fue llevado cautivo a una prisión de Argel, de donde intentó escapar varias veces sin éxito. Después de 5 años, gracias al pago de 500 escudos que almas benévolas hicieron a su favor, fue liberado. De vuelta en España tuvo que desarrollar varios oficios para ganarse la vida; mientras escribía sus experiencias como soldado y algunas comedias narrativas. Acuciado por la necesidad material, el soldado que esperaba recompensa en su país por sus hazañas militares, se vio obligado a vender por unas monedas la primera parte de su obra: La Galatea.
Durante un tiempo vivió entre España y Portugal, sin abandonar sus afanes literarios. En 1548 se casó con Catalina de Salazar con la que tuvo una hija. Luego se trasladó a Sevilla, donde ocupó empleo de Comisario de Provisiones para el Ejército. Este trabajo le resultó difícil y le ocasionó problemas y denuncias públicas que lo llevaron a prisión. Durante su estadía en una cárcel sevillana empezó a escribir la primera parte de El Quijote. Tras recobrar su libertad se trasladó a Valladolid.
En 1605, en Madrid, salió a la luz su gran libro. Aunque no pudo disfrutar de su logro literario porque se le involucró en un crimen y volvió a ser detenido. Tras el juicio y libre de cargos, salió en libertad. Aunque los sinsabores de su vida azarosa lo perseguirán siempre. El Quijote refleja su propia existencia. Es un soñador al que la realidad golpea duramente, es un idealista que vive considerando verídica su ilusión, tiene la razón hasta el punto en que su cordura cede a un delirante pensamiento.
Su intensa fantasía lo adelanta en su época y llegará a sobresalir entre sus contemporáneos por el trazo maestro que hace de su propio yo, con el arte de la literatura. El Quijote es el retrato artístico de Cervantes. El libro, a pesar de su popularidad, no le proporcionó dinero ni el reconocimiento de la crítica literaria. Fue desdeñado por Lope, insultado por Avellaneda. Mientras otros escritores mediocres recibían los honores de la crítica, Cervantes fue silenciado en su época.
Pero el escritor persistió en su vocación literaria. Durante algunos años, y gracias al apoyo de su amigo El Conde Lemos y del Arzobispo de Toledo, pudo dedicarse a escribir. En 1613 publicó las “Novelas Ejemplares”, el año siguiente el “Viaje del Parnaso” las “Ocho Comedias y ocho entremeses” y en 1615 la segunda parte de El Quijote”. En 1616 concluye “Los Trabajos de Persiles y Segismunda” Publicó además “Rinconete y cortadillo”, dramas y comedias como “Los tratos de Argel” y “El Cerco”
Cervantes es el más alto exponente de la Literatura Española. La trascendencia de su obra es universal. Se le tomado como modelo, tanto por la apreciación filosófica que hace del mundo, encarnados en sus personajes principales, un empedernido idealista y un pragmático materialista. Uno sueña y actúa desbocado por su fantasía mientras el otro traga ansias materiales. Don Quijote, el idealista puro, el irrisorio Paladín de la Justicia, el platónico amante de Dulcinea, el que lucha contra heraldos gigantes reflejados en los Molinos de Viento. El hombre que vive entre efluvios de ensueño, el visionario que se inventa su propia realidad, y actúa desde un plano ligado a la realidad social, produciendo efectos que Sancho, su Escudero, no entiende y trata de normalizar.
En el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Cervantes sintetiza las corrientes literarias de la época que transitan del Renacimiento al Barroco, y las renueva con una genialidad extraordinaria, recrea mundos rurales con personajes fantásticos, lanza su mirada hacia horizontes amplísimos que rayan en la universalidad. Caso singular de un hombre que se pasó la vida sorteando a la miseria, viviendo a salto de mata entre la cárcel y la búsqueda de un oficio digno, un ex-soldado al que nadie consideraba un intelectual, un hombre sin formación universitaria y carente del reconocimiento oficial de algún rey o círculo de eruditos.
Cervantes lejos de las pompas, se empecinó en dar a luz una obra imperecedera y lo consiguió, con una novela de caballería de la que reverberan su alma y su corazón, los demonios de su propia existencia y su peculiar visión del hombre y del mundo. Desplegó un esfuerzo indecible para dar forma y determinar el mensaje de su novela, valiéndose de dos históricos personajes: uno ocurrente y soñador y el otro simplón carente de sueños y que ambos, moviendo a risa, pudieran transmitir al mundo el propio espíritu del autor. Cervantes falleció el 23 de Abril de 1616, consciente de haber dejado una obra de incalculable valor que ha llegado a influir en las posteriores etapas de desarrollo de la literatura en lengua castellana.
