La vida de Edgar Allan Poe, nacido en Boston el 19 de enero de 1809, parece estar entretejida
por una mezcla de vicisitudes y misterio. Sus padres biológicos, David Poe y Elizabeth Arnold,
actores mediocres que recorrían los estados norteamericanos en busca de fortuna, acabaron
sus días acosados por el vicio, las enfermedades y la pobreza extrema, y Poe, niño aún, fue
adoptado por el matrimonio Allan. Su padre adoptivo era un comerciante próspero dedicado a la
compra y venta de tabaco y otras especies Es pues en un cómodo ambiente familiar donde
transcurren los primeros años del futuro escritor.
A los seis años sus padres adoptivos los enviaron a Londres a estudiar a un colegio particular
anglosajón. Y es aquí, a temprana edad, cuando Poe empieza a despertar su fantasía con la
lectura de los románticos ingleses, lee sobre todo a Walter Scott y Lord Byron a quienes llegó a
admirar toda la vida. A los once años, Poe volvió a los Estados Unidos y, seis años más tarde,
tras concluir sus estudios secundarios, empezó a estudiar Derecho en la Universidad de
Virginia.
Pero el joven Poe tenía una inclinación muy diferente a la que le señalaba su padre adoptivo; y
además, soñador e inmaduro se dejó llevar por el juego y la juerga que imperaba entonces en
las universidades norteamericanas cuyo derecho de admisión estaba reservado para las clases
sociales de elevado nivel. El estudiante bohemio entró en conflicto con el orgullo Sr. Allan, que
se negó a seguir enviándole dinero para que pudiera pagar sus estudios. Ante ello, Poe, pobre
y compungido, se refugió en el alcohol.
En 1826 abandonó la universidad y volvió a su pueblo natal, donde viviendo casi en la
indigencia consiguió publicar su primer libro de poemas: “Tamerlán”, del que, sin embargo, no
tuvo ningún éxito. Decepcionado por su fracaso literario, y además quizá con la idea de tener
techo y comida seguros durante un tiempo, se enroló en el Ejército con el nombre de Edgar A.
Perry. Su padre adoptivo al ver que el joven soldado pretendía enmendar el rumbo de su vida
volvió a ayudarle para que éste ingresara en la academia militar de West Point. Pero esta
ayuda empezó a mermar a raíz de la muerte de la madre adoptiva de Poe, la señora Frances,
ya que el señor Allan anuncia su intención de volver a casarse.
Ante la insolvencia económica para continuar la carrera militar y además con el espíritu ganado
por la afición literaria, decide retirarse voluntariamente de la academia. Buscó refugio en la
casa de su tía Maria Clemm quien le tendió la mano en momento oportuno. Allí, y a pesar de la
miseria en que vivía, empezó a escribir sus primeros cuentos. Por suerte, en 1833 obtuvo un
premio literario con su cuento “Manuscrito encontrado en una botella”. Al año siguiente, tras
haber sido rechazado del hogar del señor Allan, empezó una relación sentimental con Virginia,
nada menos que su prima de trece años, con quien terminó casándose, a pesar de la oposición
familiar.
En 1835, dispuesto a ganarse la vida escribiendo, el joven escritor consigue introducirse en el
ambiente periodístico de Richmond. En los diez años siguientes, Edgar Allan Poe producirá sus
obras más destacadas y su nombre irá adquiriendo fama. En aquellos años publicó: “Berenice”,
“Ligeia”, “La narración de Arthur Gordon Pym”, y sus “Cuentos de lo grotesco y arabesco”.
El triunfo literario de Poe, sin embargo, se ve opacado por sus continuas crisis depresivas, que
él intenta curar mediante la bebida. En 1847 muere su esposa víctima de la tuberculosis, y Poe
terminó por hundirse en la depresión psicológica y el consumo de alcohol. Aunque, aún en este
estado de abandono y padecimiento, consiguió inspirarse y escribir quizás lo más resaltante de
su producción narrativa: “Historias extraordinarias” (1847) y el enigmático poema: “Eureka”
(1848)
El 4 de octubre de 1849, Poe fue encontrado borracho e inconsciente en un bar de los barrios
bajos de Baltimore. Fue trasladado a un hospital de la ciudad, donde en su delirio llamaba a
gritos desesperados a algunos personajes de su “Narración de Arthur Gordon Pym». Finalmente, en la madrugada del 7 de octubre de 1849, y cuando frisaba los cuarenta años, murió el grande y controvertido escritor.
Síntesis de “La narración de A. Gordon Pym”
La Narración de Arthur Gordon Pym salió publicada por entregas mensuales en la revista
Southern Literary Messenger el año 1837. En ella se narra las aventuras de este hombre,
apasionado por el mar, durante su viaje por los Mares del Sur. Tras naufragar el bote “Ariel”, en
el que iba con su amigo Augustus, fueron rescatados por un ballenero, el Penguin, y
trasladados a la ciudad de Nantucket. Meses después, Arthur Godon, acosado nuevamente por
el deseo de viajar, se embarca junto con Augustus en el bergantín Grampus de fabricación
inglesa que estaba capitaneado por el señor Bernard y destinado a la caza de ballenas.
Por diversos y no muy claros motivos personales, Arthur Gordon permanece varios días -junto
con su perro Tigre- encerrado en una bodega, atacado por la fiebre y la sed. De vez en cuando
vine a visitarle su amigo Augustus. Pronto sin embargo estalla un motín en el bergantín
protagonizados por hombres de la peor calaña, entre ellos Seymour el cocinero negro, que sin
ningún miramiento empieza a cortar las cabezas de los hombres que no secundaron la
rebelión. Por su parte el capitán Bernard fue introducido en un bote y echado a la mar por
aquellos miserables cuando se encontraban en un punto cercano a las Bermudas. Augustus
corrió mejor suerte y fue tomado como secretario por un tal Dirk Peters un hombre de aspecto
monstruoso aunque poseedor de un corazón generoso.
Augustus induce a su favor a Dirk Peters y le muestra el escondite de Arthur Gordon Pym, y
luego los tres trazan un plan para hacerse de la dirección del ballenero. Arthur se disfrazó,
poniéndose la ropa de un marinero que había muerto entre convulsiones atroces tras haber
bebido un vaso de aguardiente y agua. Los tres amigos, aprovechándose del estupor y la
conmoción que causaba en aquella gente la visión del marinero muerto, atacaron a éstos a
mano armada y retomaron las riendas del Grampus.
Empezaron a viajar a la deriva, golpeados por las olas del mar, sin víveres ni comunicación y
presos de la angustia y desolación. A poco tuvieron la suerte de avistar un barco, pero al
abordarlo sólo encontraron cadáveres; era un barco fantasma, en cuya barandilla colgaba un
hombre mientras una gaviota que ya le había arrancado los ojos y parte de los labios le
picoteaba las vísceras del estómago abierto. Espantados por esta terrible visión y la de los
otros cadáveres de aquel barco, volvieron al Grampus y decidieron seguir con la ayuda de Dios.
Varios días después, y cuando estaban ya más muertos que vivos fueron vistos y recogidos por
los tripulantes de una vela inglesa, la Jane Guy de Liverpool, dirigida por el capitán Guy y que
iba hacia el Pacífico y los Mares del Sur para cazar focas y cubrir su ruta comercial. El lector
verá la sucesión de nuevas increíbles aventuras, descritas y resaltadas fidedignamente por el
protagonista principal de la obra en una especie de diario, desde la muerte de Augustus víctima
de la gangrena en medio de dolorosos padecimientos, la destrucción de la goleta Guy y la
matanza de su tripulación a mano de furiosos salvajes habitantes de aquellas islas, hasta la
estadía de Arthur Gordon y Peters en una isla del paralelo 48 de latitud sur, donde eran
acosados por los salvajes
La narración concluye cuando ambos marineros consiguen escapar de sus perseguidores a
bordo de una canoa que se desliza a merced de las olas del océano Antártico. La pequeña
embarcación se precipita vertiginosamente hacia la catarata de un abismo insondable. Al final
de la narración hay una nota en la que alguien da algunas explicaciones de la reciente y trágica
muerte del señor Arthur Gordon Pym.
La obra de Poe ha suscitado numerosas críticas tanto adversas como a favor, contándose entre
éstas a Baudelaire y Cortázar -sus traductores al francés y castellano respectivamente- y a
otras importantes personalidades literarias. Se ha calificado a Poe de oscuro, sonámbulo,
monstruo, o bien de ángel, lúcido, genial. De cualquier modo, Edgar Allan Poe es ya un clásico
en la literatura norteamericana y un icono referente en historia de la literatura universal.