MALLARMÉ: EL POETA CONDENADO

Stéphane Mallarmé, nació en Paris el 28 marzo 1842.  A los cinco años perdió a su madre y a los quince a su hermana María, hechos que lo afectarían e influiría en su orientación poética. Consideró a la muerte como  una injusticia y  encaró a Dios a través de sus versos:” ¿Te ríes desde el cielo, si lloro?..” En su reacción ante el dolor que lo consume, reprocha a la justicia divina: “Y yo, ¿no estaba ya por tu hoz castigado?…”

A los 20 años publicó una crítica sobre el poemario: “Poésies parisiennes” de Emmanuel Des Essarts, en la revista: Le Papillon. Ese mismo año de 1862 publicó en el periódico el Sénonais un artículo sobre una obra teatral y luego en el Artiste de Paris un ensayo estético titulado: “Herejías artísticas. El arte para todos”,  donde denota una  lucidez de pensamiento alturado que se proyecta en madurez hacia un lenguaje poético que valoriza la poesía como un fenómeno sagrado, pleno de belleza y la defienda además de la chabacanería.

Influenciado por las obras de Gautier, Poe, Lamartine, Víctor Hugo y  Baudelaire que produciría un giro en su visión poética. La sátira, el humor extravagante, la ironía, la sensualidad, el misticismo  y el deseo de meter miedo a los burgueses, son reflejos de la poética de Baudelaire. Precisamente de un poema del libro: “Las flores del Mal”, surge la denominación de los “poetas malditos” que haría Paul Verlaine en un ensayo publicado en 1884 para referirse a Mallarmé Rimbaud, Corbiere, Desbordes-Valmore, Villiers de L’Isle-Adam y el mismo Verlaine; poetas egocéntricos que por su rebeldía a la sociedad, a la religión, a la vida misma eran  incomprendidos por sus congéneres.

El poeta intenta darle un sentido más puro a las palabras. Con un lenguaje selecto, se vale del simbolismo para evocar o dar la idea de un objeto pero sin nombrarlo. Con la técnica del sugerir un objeto anónimo del que se desprenderá una imagen a través de desciframientos poéticos. Mallarmé aspira alcanzar su ideal estético considerando que su deber era dar una explicación órfica de la tierra mediante el juego literario.

En 1866 en el Parnasse  publica una serie de poemas que le dan cierto prestigio literario, hasta 1884 cuando ya instalado en Paris inaugura las famosas reuniones de los Martes en el comedor de su piso  en La Rue de Rome 89 donde suele hablar ante  sus seguidores,  hasta la medianoche. A sus charlas asistirán Valery, Claudel, Gide y otros escritores noveles que se deleitarán oyendo disertar al maestro,

Figura descollante de la poesía moderna. Su obra escrita con  pretensión de universalidad y máxima elevación estética; con una fantasía hermética, con palabras casi humorísticas, sintácticas imaginadas al límite. Aunque en sus Poemas en Prosa hay afinidad con Rimbaud y Baudelaire. Y luego su filosofía idealista, tras digerir a Schopenhauer, cae en el nihilismo que le lleva a pensar que el verso no debe escribirse con palabras sino con intenciones. Su poesía, a fuerza de pensamiento  e imaginación es descollante en el Parnaso francés de su época.

Sus versos, plásticos, visuales, musicales, con razonada lógica, se embellecen con el ideal de la perfección. Aunque la realidad del arte y del mundo es imperfecta, azarosa y  el poeta la elude con despectivos versos: “abolido cachivache de inanidad sonora” y “excluye de él si comienzas, lo real por ser vil”. Su afán de transformación de lo más puro de la experiencia humana, le hace pensar en tomar del alma humana sus estados más luminosos para cantarlos con  belleza expresiva y así  constituyan las joyas del hombre.

Las  tertulias de los martes lo convierten en un teórico de la poesía, la que no debía escribirse con ideas sino con palabras. Entiende que las ideas se han pensado y en cambio las palabras siempre estarán en proceso de perfección lingüística. Se consideraba un poeta perfeccionista, encaminado siempre hacia la belleza absoluta. Y detestaba la mala crítica de una obra maestra. Decía que una obra de arte literario no podía ser criticada por espíritus vulgares que no saben de poesía que ni entienden lo que leen y no pueden captar el trasfondo esencial de la obra.

La muerte de Verlaine, en 1896 lo afectó y le hizo resurgir su idea de la muerte que en relación con la inmortalidad es fundamental. La muerte le llegó al poeta el 9 de setiembre de 1898 a causa de un ataque de asma tras redactar un peculiar  testamento en el que pedía a sus familiares quemar todos sus libros para no dejar herencia literaria. Creía que el libro es la verdadera tumba del escritor.

Mallarmé, el ”poeta maldito” provocó escándalo en la sociedad de su tiempo con la publicación de sus libros entre ellos “La Jugada de dados”, “Las Bodas de Herodías”, “Divagaciones “,”Poesías y versos de circunstancias”, “La siesta de un fauno”. Su obra corta pero intensa contiene alto valor estético y  ocupa un lugar privilegiado en la historia de la literatura.

Jorge Varas.

4 se setiembre 2022