CANTO A BARCELONA


CANTO A BARCELONA
Barcelona legendaria,
al pie de hermosas montañas
luces tu orgullo perfilado,
ego del medievo resurgido
tradicionalmente
en la regional mediterránea.
Tierra noble y favorita,
arduamente cultivada
por soñadores legítimos
del campo a la ciudad versificada.
Barcelona modernista,
mosaico alegórico de serafines
agrupados al multicolor,
con dragoncitos y demonios empotrados
a portales ciudadélicos y pedreras
contemporáneas de la épica gaudiana.
Barcelona, rincón cosmopolita,
con rambla musical y pintoresca,
llenan tu bullicio inédito vendeflores
estatuas humanas y gitanas adivinas
más cuatro gatos retratistas y poetas
barbudos del sobrevivir desvelados.
Barcelona majestuosa,
vibra el fruto de tu vientre prodigioso
al paso de trenes ferroviales
con garitas faroleras y multitud de pasajeros
fugitivos hacia las calles estrelladas.
Por allí también suben los funiculares,
brisados traen alegría cinética,
del Puerto a Montjuic y luego al Tibidabo
mágicos en el horizonte lapislázuli.
Barcelona ciudad Olímpica.
Hay pronta restauración de tus plazas céntricas y de tu villa habitacional, simétrica
al Palau con cabeza de platillo
y al gran estadio de pebetero ardiente,
salió el eco humano que remontó los mares
y se fue al mañana haciendo historia.
¡Salud y goles son amores!
brindan muchos en la centuria,
una Diada después de las goleadas.
Tilín, talán festejan catedrales
los triunfos del bien sobre el mal.
Y ya abundan libros obsequiados en Sant Jordi,
y serán cocas embrujadas en la noche de Sant Joan.
Barcelona está de fiesta,
desfilan reyes magos procesionales,
entre gritos, caramelos y papel picado.
¡Que no pare la banda!
Hay euforia en la concurrencia disfrazada
que va de Cristos morados y vuelve de momo Carnestoltes,
graciosos, hasta la próxima Moreneta santificada.
Y para no cansar, señores, epiloguemos
con un gesto digno de los hijos de La Merced,
hombre al hombro enracimados
intentan alcanzar el cielo
supremo ideal de la Comunidad.
Y así, por siempre, la humanidad convocada
en tu seno capital
pronunciará tu nombre: ¡Barcelona!

Barcelona, diciembre de1992