LA DONCELLA DE ORLEANS
LA DONCELLA DE ORLEANS
Hacia el siglo XV, en Domrémy, fértil campo de trigales vivía una niña sana y primorosa. Era muy trabajadora, sencilla y piadosa, devota de Dios y obediente de sus padres. Aprendió a hilar y coser para ayudarles Más un día oyó la voz de Dios que le decía que debía alistarse para luchar por Francia. La voz le ordenaba dirigirse a Orleáns. a levantar el sitio y conducir a Carlos VII a Reims para consagrarle. Y allá fue la doncella, provista de armadura, espada y estandarte juntos y llevando en sus voces el evangelio de la guerra. A los ingleses advirtió que se marcharan y dejaran en libertad a su pueblo. Pero se negaron Y, ella, fuerte en su convicción, luchó a mano contra ellos en los sitios de Mans, Montargis y las batallas de Patay y los Arenques. Victoriosa entró en Orleans, fue a ver al Delfín y le hizo coronar en Reims. Convertida en símbolo libertador de su país, su fama sobrevoló los campos de la Europa medieval desquiciando al rey británico que ordenó liquidarla. Y, en Compiegne, con trampa traicionera, la heroína cayó prisionera, y fue encerrada en la torre de Ruan. Serena, compareció ante la Santa Inquisición Acusada de crímenes relacionados con brujerías, y más por motivos políticos que por herejías fue condenada a muerte por el oscuro Tribunal. Altiva subió a la pira y clamando al cielo expiró. La doncella quemada en la hoguera de Rúan valiente, vigorosa y con gran fe tiene nombre en las páginas de la Historia, es Juana de Arco hoy Santa Patrona de Francia
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