LA DONCELLA DE ORLEANS
Hacia el siglo XV, en Domrémy,
LA DONCELLA DE ORLEANS
Hacia el siglo XV, en Domrémy,
fértil campo de trigales
vivía una niña sana y primorosa,
trabajadora, sencilla y piadosa,
devota de Dios y obediente de sus padres.
Más un día oyó la voz de Dios
que le inducía a alistarse para luchar por Francia.
La voz le ordenaba dirigirse a Orleáns,
levantar el sitio y conducir a Carlos VII a Reims
para consagrarle. Y allá fue la doncella,
provista de armadura, espada y estandarte juntos
y llevando en sus voces el evangelio de la guerra.
A los ingleses advirtió que se marcharan
y dejaran en libertad a su pueblo,
Pero los invasores se negaron.
Y, ella, fuerte en su convicción,
luchó contra ellos en los sitios de Mans y Montargis
y las batallas de Patay y los Arenques.
Victoriosa entró en Orleans,
y luego hizo coronar al Delfín en Reims.
La campesina se convirtió en símbolo libertario
de su país. Y su fama sobrevoló los campos
de la Europa medieval, desquiciando al rey británico
que ordenó liquidarla a toda costa.
Y, en Compiegne, con artimaña traicionera,
la heroína cayó prisionera,
y fue encerrada en la torre de Ruan.
Acusada de crímenes relacionados con brujerías,
y más por motivos políticos que por herejías
compareció ante la Santa Inquisición
y fue condenada a muerte por el oscuro Tribunal.
Serena y altiva subió a la pira
y clamando piedad al cielo,
a causa de las quemaduras, expiró.
La doncella quemada en la hoguera de Rúan
valiente, vigorosa y con gran fe en Dios
tiene nombre en las páginas de la Historia,
es Juana de Arco, Santa Patrona de Francia.