MANUEL ALTOLAGUIRRE: EL POETA INSPIRADO
MANUEL ALTOLAGUIRRE: EL POETA INSPIRADO
“El alma es igual que el aire,
con la luz se hace invisible”
Nace en Málaga el 29 de junio de 1905. Le atraen desde niño la poesía y las artes gráficas. En 1923 crea su primera revista: “Ambos”y luego funda la imprenta Sur, de la que surge la revista: “Litoral”, donde aparecen textos de García Lorca, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Luis Cernuda entre otros poetas.
A los veinte años publica: “Las islas invitadas” y luego: “Ejemplo”, “Escarmiento” y “Vida poética”. En Madrid, siendo ya un hábil artesano de la imprenta, saca a la luz: “Lo imposible” y “Soledades juntas” (1931), y “La lenta libertad (1936). Más adelante, durante su exilio en La Habana, publicará: “Nube temporal” (1939). Y luego en México publicará: “Poemas de las islas invitadas” (1944), “Fin de un amor” (1949), “Poemas en América” (1955), “Poemas completos” (ya póstumo en 1960).
Su poesía es luminosa, musical y su inspiración fluye con intensidad lírica y progresión dramática. “Poesía de la ternura y el llanto. De exquisita espiritualidad” dice García Lorca. Poesía de introspección, de profundización del conocimiento que refleja su perspectiva humana. Intimista, sobrio pero sensible al latir del corazón del pueblo al que pertenece. Busca una voz poética basada en la soledad, el silencio y el olvido. Vida y poesía se entrelazan en el subconsciente del poeta, que evoca lo ya sabido, hurga en los confines de su memoria para rescatar fragmentos espirituales que fundamentan su poética. “No existe el tiempo”, dice refiriéndose al cronológico. Solo existe el tiempo absoluto que es donde se expresa la poesía.
Sabiduría humana y tradición estética fundamentan su concepción ética del valor de la poesía. El dolor es una sensación de conocimiento personal que convive con el amor y la vida. Cernuda lo llamó: “Poeta inspirado” porque cada verso es una experiencia original y repentina. Poeta lúcido y natural, que salva la vieja contradicción del espíritu-materia, persiguiendo la armonía espiritual que apunta hacia lo cósmico. Esperanza y anhelo se muestran también en sus poemas en la línea de la modernidad vanguardista.
La guerra civil, sin embargo lo hizo girar hacia una poesía de compromiso social y político. El poeta-impresor se adhiere a la lucha de los republicanos. Publica poemas sobre la guerra valiéndose de su vieja imprenta portátil, la que en Madrid le sirvió para publicar las revistas: “Héroe” y “Caballo Verde para la poesía” la que se encargó de dirigir Neruda, la misma que volvió a servirle en Londres, mientras gozaba de una beca, para publicar: “1616” como un homenaje a Cervantes y Shakespeare.
Durante la guerra civil, redacta la revista: “Hora de España”, con el financiamiento del gobierno republicano en el exilio, donde publica la “Nueva Colección Héroe”, y luego desde el mismo frente bélico: “Hoja Literaria del XI Cuerpo del Ejército”, “Granada de las Armas y de las letras”, “Los lunes de El Combatiente” y entre otras, las admirables ediciones del Comisariado del Ejército del Este con los poemarios: “España en el corazón” de Pablo Neruda, “Cancionero menor para los combatientes” de Emilio Prados y “España aparta de mí este cáliz” de César Vallejo.
Con Vallejo coincide en algunas tertulias literarias que celebran los integrantes de la generación del 27, antes y en plena guerra. En el II Congreso Internacional de escritores para la Defensa de la Cultura que se celebra en Valencia a mediados de 1937, vuelve a encontrarse con quién le haría saber que estaba escribiendo un poemario surgido de la sangrienta guerra civil y pensaba hacérselo llegar para su publicación. El corto tiraje de este poemario es publicado en 1939, un año después de la muerte de Vallejo en edición preparada por Altolaguirre, en una imprenta de la Abadía de Montserrat. Una edición artesanal que no se llegó a encuadernar ni distribuir y que se creyó destruida durante la toma de Montserrat por los franquistas. Por suerte, un ejemplar de este poemario sobrevive a la guerra y es encontrado entre los anaqueles de la Biblioteca de Montserrat
Participa también en la edición de: “El mono azul” junto a Rafael Alberti, y además en los libros colectivos “Poetas en la España Leal” (1937), “Homenaje al poeta Federico García Lorca” (1937) y “Homenaje de despedida a las Brigadas Internacionales” (1938). Este año gana también el Premio Nacional de Teatro por su obra: “Ni un solo muerto” consagrándose asimismo como dramaturgo.
Hacia 1939, el avance de las tropas rebeldes dirigidas por Franco obliga a miles de republicanos a abandonar España ante el temor de ser fusilados o morir en prisión. El poeta malagueño se traslada con su familia a Figueras; en la estación de esta localidad embarca a su esposa Concha Mendez y su hija Paloma en un tren que va hacia la frontera. Y él, para no correr el riesgo de ser atrapado, sube a pie el Pirineo catalán con el afán de cruzar también la frontera con Francia. Camina en pleno invierno, entre la nieve con los pies congelados, durante días, desesperado por salvarse. A su paso por la helada montaña le impresiona ver niños famélicos y muertos, sin poder hacer nada por ellos. Camina hasta que encuentra un campo de concentración donde se mete casi a rastras medio muerto de hambre y cansancio. Después algún amigo lo rescata y haciéndolo pasar por loco lo ingresa en un hospital psiquiátrico, en Perpiñan, ya en territorio galo. Más tarde abandona el hospital, se reúne con su familia, y con el apoyo de Neruda, que contrata un barco para exiliados de la guerra española, se va a América.
Se establece en Cuba, donde retoma su labor de impresor. Publica: “El Ciervo herido” para escritores importantes ya desparecidos como José Martí, García Lorca, Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega y otros. Dicta además conferencias sobre literatura en la Universidad y sobre guerra civil en agrupaciones partidarias de la República española.
En 1943 se traslada a México donde empieza a editar la revista literaria: La Verónica, aunque pronto se le enciende la llama de la pasión cinematográfica. Se convierte en guionista, adaptador, productor, director de cine. Trabaja en la Panamérica film, y colabora también con su compatriota Luis Buñuel, en la producción de películas. En 1951 obtiene el premio al mejor argumento del año por su película “Subida al cielo”, que gana también el Premio de la Crítica del Festival de Cannes.
En 1959 retorna a España con el fin de presentar en el festival de cine de San Sebastián su película; “El Cantar de los Cantares”. Por desgracia, mientras regresa a Madrid con su segunda esposa María Luisa Gomez, sufre un grave accidente automovilístico en el que ambos fallecen. A los 54 años se marcha este admirable poeta, impresor y cineasta. Su aporte a la cultura española es fundamental. Como impresor realiza un trabajo extraordinario y como poeta es genial. Su poesía es la voz de la España exiliada, doliente y conmovedora. Ya lo había versificado con melancolía: “Mi vida está enamorada/ su prometida es la muerte”. Y con ella se enlaza de manera prematura. Y acentuó su desaparición con estos versos premonitorios: “Aunque no estés aquí sigues estando/ en la memoria de los que te vieron”
Su rico legado literario, como integrante de la Generación del 27, es esencia viva en la Historia de la literatura Española.
Jorge Varas
5 de diciembre de 2021